Revista cultural de la zona centro del Estado de México

Oído al pasar

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El espacio de la música
Febrero y el carnaval

Rebeca Millán

Cuál es el significado del carnaval, cuál es la razón de su existencia o por qué se presenta después de tantas fiestas.
El carnaval es la última fiesta del invierno y ha existido desde todos los tiempos, desde que el hombre conoció la agricultura y llegó a tener la prosperidad y la abundancia que siempre se han agradecido a la tierra benefactora que dio, ha dado y dará el alimento. El carnaval es una festividad agrícola y la agricultura es tan importante que marcó su ritmo en los calendarios, y nuestra propia vida guarda semejanza con su ciclo anual: la primavera es la niñez, el verano la juventud, el otoño la madurez y el invierno la vejez. Igual la tierra, en primavera renacen sus primeros brotes, en el verano se desarrollan y alcanzan la plenitud, en el otoño se dan sus frutos y es el tiempo de cosecha y en el invierno, lentamente, la tierra entra en el letargo del solsticio que ocurre entre del 21 al 22 de diciembre. Cuando la tierra reposa, los labradores descansan y pueden disfrutar de los beneficios otorgados, es tiempo de disfrutar la cosecha y de compartir en todas las festividades que inician en el solsticio y culminan con el carnaval. En esta última fiesta de la carne, así llamada por estar dedicada a los placeres del cuerpo, cuando se come y se bebe en compañía de la música y la danza tan importantes para todos los pueblos que coinciden con la creencia de que al saltar en el baile se invita a las semillas a producir cañas altas y hermosas. El carnaval cierra la larga fiesta invernal, es el último momento de disfrute antes de entregar las fuerzas y la voluntad al trabajo en el campo. El año agrícola inicia en febrero, cuando la tierra espera la mano del hombre y así lo comprendieron diversas culturas. Los griegos llamaban dionisiacas a estas fiestas porque estaban dedicadas a Dioniso, señor del culto del vino, allá, en la blanca Grecia rica en viñedos y olivos. Para los romanos, Dioniso se convirtió en Baco, y sus fiestas se llamaban bacanales; pero también celebraban a Saturno de quien, decían, los hombres habían aprendido la agricultura y en sus fiestas, llamadas saturnalias, se disfrutaba del alimento, comiendo a todas horas en honor al antiguo señor del desorden que presidía las francachelas. Para los antiguos mexicanos también comenzaba el año agrícola en febrero y entonces se veneraba al señor principal, a Quetzalcóatl, dios de los vientos quien barría los caminos y amontonaba las nubes para que llegaran las lluvias. Venerar a Quetzalcóatl era venerar a todos los dioses y en tan importante celebración, también se ataviaban con sus mejores trajes, se adornaban con diversos abalorios y danzaban luciendo su vestimenta. La versión del carnaval más cercana a nosotros, aparece en el Libro de buen amor, escrito por un poeta español nacido en el siglo XIII, llamado Juan Ruíz y conocido como Arcipreste de Hita, quien cuenta sobre la batalla que cada año libran don Carnal y doña Cuaresma en estas fechas. Aquí aparece don Carnal, ahíto de comer y beber, cansado de bailar y reír, se encuentra profundamente dormido cuando llega a sus territorios doña Cuaresma y lo hace su prisionero. Con ella llegan sermones y penitencias, orden y cordura y así, al día siguiente, el miércoles de ceniza, todos despiertan con la sorpresa, imploran perdón por los desmanes y, de inmediato, se apresuran a componer todos los desórdenes y se aprestan a trabajar. Mientras, el pobre don Carnal despierta preso y condenado a alimentarse de pan y agua y así queda, a las órdenes de doña Cuaresma durante muchos días, hasta purificarse en cuerpo y alma, se muestra arrepentido y abandona la prisión, pero un día, cuando ha recuperado sus fuerzas, escapa. Doña Cuaresma se preocupa porque sabe que tiene muchos seguidores y que no es difícil que forme ejércitos y pueda atacarla y, así sucede. Don Carnal viene en camino a recuperar su territorio, entonces, el viernes santo, a la media noche, con su vestido negro, su paño negro en la cabeza, sus medias negras y sus zapatos negros, salta sobre los muros y huye. Don Carnal se acerca con todas sus huestes y llega a reinar al lado de doña Venus quien traerá consigo a la primavera. Y este arribo de Venus, mucho tiene que ver con el amor y la fraternidad. La música que escucharán alusivas al carnaval, son las siguientes:
Carnaval de los animales y Bacanal de Camille Saint-Saens
Amiga naturaleza y Carnaval de Antonin Dvorák
Carnaval romano de Héctor Berilos
Obertura festiva de Rodolfo Halffter
Don Carnal y Doña Cuaresma del Concertino que se escuchará completo, como un mínimo honor al fino compositor michoacano Miguel Bernal Jiménez, nacido en 1910, es decir que también celebramos el aniversario de su nacimiento.
No podríamos pasar por alto el 14 de febrero, cuando escucharán:
Canciones sin palabras de Félix Mendelssohn
Sueño de amor y Vals Oubliée de Franz Liszt
Scherzo, Berceuse y Barcarola de Federico Chopin
Claro de luna de Claude Debussy
Claro de luna de Ludwig van Beethoven
En este mes, debemos el primer reconocimiento a nuestra amada patria en el día de la bandera. Invitamos a escuchar a autores que, con su música, han honrado a la tierra que los viera nacer. Un ciego que pinta es igual a un sordo que canta. Especies de las que pocas muestras existen.
Beethoven fue el más famoso sordo creador, pero también está un checo, Fredrich Smetana, también sordo que, enamorado del río que atraviesa su país, compuso el poema sinfónico conocido como Mi patria, en el que destaca, por su sonoridad, el segmento dedicado al Río Moldavia, cuyo recorrido baña las planicies alrededor de Praga como una bendición que ha sido también una condena, ya que convierte esas tierras en una manzana de discordia en las tierras medias de Europa que, entre ambiciones germanas y pretensiones prusianas, se olvidan de las firmes convicciones patrióticas de un pueblo que bebe cerveza y adora su limitada capacidad de expresión como pueblo europeo.
Los checos, rebeldes centro europeos que a pesar de ser considerados alemanes, no son otra cosa que patriotas que han preservado sus valores a través de su música como expresión nacionalista de envidiable vigor. Como podrán constatarlo en este poema sinfónico. Las aventuras militares francesas del siglo XIX, tuvieron su expresión más seria en la fracasada campaña contra el imperio ruso. En 1812 las tropas napoleónicas llegaron al corazón de Rusia, y Moscú demostró que el poder y la voluntad de su pueblo no residían en una ciudad. Napoleón tomó militarmente el corazón de Rusia pero fue derrotado por la tenacidad y el arrojo del pueblo que expulsó al invasor en una resistencia heroica que Tchaikovsky retrata musicalmente en su Overtura 1812, que es un himno a la gesta de su pueblo al hacer retroceder al invasor francés; toma fragmentos de la grandilocuente Marsellesa para relatar el heroísmo ruso y es la única obra con cañonazos que ambientan la gran hazaña de la resistencia rusa contra el invasor francés.
En esta revisión patriótica escucharemos:
El Moldavia de Fredrich Smetana
Ovetura 1812 de Peter Tchaikovsky

Agradezco a mi hermano Raúl su consejo y participación en la selección que se presenta.

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